domingo, 22 de mayo de 2011

"Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad."(Sartre)





¿Que otra cosa pueden ser el cielo o el infierno, sino esto?
Encerrados en duras vasijas, o liberados hasta el punto de la muerte o la locura?
La oscura claridad que contaba el poeta, ese secreto hermoso que es la sensación de plenitud, el punto medio budista, el centro del mandala.
Del camino solo parecen quedar antiguas leyendas, el mapa perdido de un tesoro escondido en nuestra civilización.
Viviendo en el eterno boceto de la puerta giratoria de las ilusiones.
Entonces pareciera que el centro se ha transformado en algo artificial e invisible.
¿Cuándo la conciencia deja de ser su propio centro?

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